La mirada de los funcionarios que acompañan a Luis Caputo en el Ministerio de Economía están puestas en los precios de febrero. La esperanza es poder informar el próximo Índice de Precios al Consumidor empiece con un 1 adelante, algo que no ocurre en Argentina desde julio de 2020 cuando fue del 1,9%.
Políticamente sería un logro relevante más que nada en un año electoral. Es indudable que el proceso de desinflación se sostiene y es la principal carta de gestión del presidente Javier Milei, que a la postre, es el elemento central por el cual obtiene respaldo popular. Aún así, tener precios que suben al 2% mensual promedio no es normal.
Para ello, uno de los rubros que parece ir respondiendo a los estímulos de la política económica es el de alimentos. En la segunda semana de febrero los precios de los alimentos bajaron en relación a la primera. Hubo un reacomodamiento en los valores de la carne y de las verduras. Sobre todo la carne tiene una alta ponderación en la elaboración del IPC.
Según indica el relevamiento de la consultora Labour, Capital & Grouth( LCG) en la segunda semana de febrero los precios bajaron 0,1% respecto de la primera. “La caída viene después del marcado aumento registrado en la semana previa. La suba promedio mensual se ubica en 2,1%”, señala el reporte, el cual agrega que “la carne revirtió parte de la fuerte suba de la semana previa (+3,9%) y, junto con Verduras, traccionan la baja semanal”. De acuerdo con el relevamiento, la primera bajó 0,6% mientras que la verdura cayó 2,9% en la semana de referencia.
Uno de los elementos que podría estar jugando a favor de la desaceleración en el rubro alimentos es la reducción del crawling peg al 1% mensual. Los alimentos suelen tener una relación mas directa entre evolución de la cotización del dólar que los servicios. Es decir, que mientras el gobierno logre mantener aplacada la brecha con los dólares libres los alimentos se mantendrán quietos.
(Fuente: Diario La Provincia)