Gramajo activó su maquinaria y arma lista propia

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Fabián Gramajo fue y volvió entre Sergio Uñac y José Luis Gioja. También lo hizo en la previa de la última reunión del Congreso del PJ, cuando fijaron fecha para la interna partidaria el 11 de agosto. Como las conversaciones avanzaron sin acuerdos a la vista, el chimbero activó su maquinaria y empezó a armar lista propia. Si no lo hiciera, correría el riesgo de mirar el proceso desde afuera. Nadie lo invitará voluntariamente si antes no muestra lo que tiene.

Esa es la cuestión de fondo que siempre sobrevoló a Gramajo: ¿cuánto representa sin el padrinazgo político de Uñac o de Gioja? Esta será la primera vez que el chimbero emprenda su propia construcción provincial con aspiraciones de rivalizar directamente con los popes históricos del justicialismo.

El inquieto ex intendente se puso a sacar cuentas. Para disputar la conducción del PJ necesita una lista de casi 50 candidatos en toda la provincia. Fiscalizar unas 30 escuelas con alrededor de 120 mesas el día de la votación. Todos estos números están muy, muy por debajo de lo que viene manejando en cada elección departamental desde 2015 en adelante.

Sin embargo, una cosa es tener poder político territorial en un distrito importante como Chimbas y otra cosa es extender ese dominio hasta el rincón más recóndito de la geografía provincial. Por eso empezó desde afuera hacia adentro. Hace apenas unas horas reunió a lo que él denomina ‘el cordón cordillerano’.

Con esa expresión define a la estructura justicialista que lo acompañaría en Calingasta, Iglesia, Jáchal y Valle Fértil. La apuesta empezó por tantear a los dirigentes que desde ya se sienten desplazados de la interna uñaquista-giojista. Fundamentalmente, los que ocupan lugares en las juntas departamentales desde la vicepresidencia hacia abajo.

¿Por qué? Porque el pacto entre Uñac y Gioja -que está por verse si finalmente fuera posible- incluiría entregarles a los intendentes la conducción de sus respectivas juntas departamentales. Los diputados de esos distritos irían a cargos importantes en el Consejo Provincial. En el medio de esta trenza quedarían muchos marginados.

En ese residual de disconformidad se puso a pescar Gramajo. No encontrará fidelidades o devociones hacia su persona. No es lo que está buscando. Simplemente apuntará a capitalizar a los desencantados. Con eso debería bastarle para edificar su propia estructura que tiene nombre desde 2023: ‘San Juan te quiero’.

Gramajo apuntará a capitalizar a los desencantados. Con eso debería bastarle para edificar su propia estructura que tiene nombre desde 2023: ‘San Juan te quiero’.

¿Significa esto que Gramajo competirá contra Uñac y Gioja juntos? No necesariamente. Es una posibilidad cierta, pero todavía hay tiempo para que prospere el diálogo. De hecho, este primer movimiento del chimbero es una acción orientada a entrar en la conversación. Si no muestra lo que tiene, jamás será tenido en cuenta como un par.

Hay que decirlo con todas las letras: ni Uñac ni Gioja lo consideran un par. Todavía. Entienden que es un dirigente importante, pero circunscripto a un departamento. De ahí a pegar el salto a lo provincial le queda una distancia importante.

‘Gramajo no tiene nada fuera de Chimbas’, dicen y repiten como una letanía los operadores uñaquistas y giojistas en las mesas de café. No habrá tardado en llegar esta frase a oídos del chimbero. El desafío es revertir el menosprecio. La única manera de lograrlo será exhibir una estructura propia, sin el auspicio de los ‘dos cabezones’, como dijo César Gioja hace algunos días.

Si Gramajo consigue fortalecer su espacio, hilvanar candidatos y avales, recién entonces se habrá ganado un lugar en la mesa de la conversación que por el momento solo tiene dos sillas y ninguna es para él.

Si Gramajo consigue fortalecer su espacio, hilvanar candidatos y avales, recién entonces se habrá ganado un lugar en la mesa de la conversación

Uñac y Gioja acordaron dar un paso al costado e intentar una lista de unidad, intercalando referentes que permitan superar la guerra intestina que no pudieron allanar hasta el momento. Así emergió la figura de Juan Carlos Quiroga Moyano como eventual candidato a presidente. El diputado por 25 de Mayo es el jefe del bloque en la Legislatura y no representa una amenaza para 2027. No tiene aspiraciones para la gobernación. Gramajo sí.

Ese es el otro gran obstáculo que presenta el chimbero: su ambición. Tiene la gobernación entre ceja y ceja. Admitió que se está formando para alcanzar ese lugar. Para el resto de los compañeros, darle la conducción política del justicialismo significa cederle la delantera. Coronarlo con el título de ‘jefe de la oposición’ a Marcelo Orrego.

El justicialismo y el peronismo en general están hundidos en la desorientación después de las derrotas sufridas a lo largo de 2023. Las pujas internas por el posicionamiento están sucediendo en lo nacional y en lo provincial. En ese contexto hay que interpretar los movimientos sanjuaninos.

Una vez que Gramajo muestre lo que haya logrado construir, habrá dos finales alternativos. El primero será que lo convoquen para negociar y que el ofrecimiento sea lo suficientemente satisfactorio como para que decline competir.

El segundo final alternativo será que haya efectivamente una interna con urnas y movilización de afiliados el 11 de agosto. Habrá un ganador y un perdedor. Pero aún el perdedor tendrá su cuota de poder demostrada. Y las elecciones del 2025 estarán a la vuelta de la esquina.

(Fuente: Canal 13 San Juan)