
“Unión por la Patria tiene lista de UNIDAD”. Pasaron 50 días del tuit que la cuenta de la coalición oficialista publicó el 23 de junio para confirmar que Sergio Massa y Agustín Rossi eran las personas elegidas para integrar la fórmula que presentaría el peronismo para las PASO que se van a celebrar este domingo.
El ministro-candidato atravesó en estas cincuenta jornadas la confluencia de tres frentes de tormentas simultáneos que tuvo que enfrentar para llegar con competitividad a estas primarias: la economía, la política y la social, vinculada sobre todo a la cuestión de la inseguridad.
En la faz económica, el ministro-candidato afrontó una complicada negociación con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar los abultados vencimientos de deuda; el impacto masivo de la peor sequía que se tenga registro; y las gestiones para frenar las dos variables que, ante un proceso electoral, se tornan aún más indomables: el dólar y la inflación. La cotización libre por encima de los 600 pesos confirmó esa tesis.

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En el ámbito político, Massa enfrentó los riesgos de una atomización del peronismo debido a las peleas por la definición de las candidaturas; al mismo tiempo que buscó recuperar “las ganas de ganar” que parecían perdidas. Y en la última semana, irrumpió con fuerza en la agenda pública el drama cotidiano de la inseguridad.
El caso de Morena, la nena de 11 años que fue asesinada por motochorros a metros de su escuela de Lanús, inició una seguidilla de casos resonantes de inseguridad, con epicentro en la provincia de Buenos Aires.
Durante los 50 días Massa visitó al menos once provincias: Santa Fe, Mendoza, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Misiones, Catamarca, La Rioja, San Juan y Entre Ríos. Y encabezó actos de campaña en 13 partidos claves del conurbano bonaerense, como La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Merlo, Avellaneda, San Martín, Tigre -donde vive-, Pilar, San Fernando, Vicente López, Ezeiza, Berazategui y Almirante Brown. Y también fue a los barrios porteños de Villa Soldati y Villa Lugano, como así también a Mar del Plata y San Andrés de Giles.
Fueron más de 30 ciudades y localidades de trece jurisdicciones que visitó desde el 23 de junio. En cada una de esas localidades, Massa se mostró con el gobernador local, con los intendentes y con los referentes del peronismo, de La Cámpora, del sindicalismo o los movimientos sociales. Además, sumó como su jefe de campaña al ministro Eduardo “Wado” De Pedro, que sonó como posible precandidato, y tendió puentes con el tucumano Juan Manzur y Daniel Scioli, que habían expresado voluntad de competir por la presidencia. Con Juan Grabois, su rival en la interna de Unión por la Patria, se encontró en un canal de noticias.
En tanto, Massa participó de tres actos con Cristina después de que se confirmó la precandidatura: el primero, el 26 de junio, en la repatriación del avión de los vuelos de la muerte; en la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, el 9 de Julio; y ocho días después, el 17, en Aerolíneas Argentinas.
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Durante el mismo lapso Massa también cerró acuerdos por la deuda con el Club de París, el Fondo Monetario Internacional, con China, la Corporación Andina de Fomento y con Qatar. Se trataron de negociaciones que tuvieron el objetivo de evitar que Argentina llegara al 13 de agosto sin cumplir algún vencimiento. La premisa fue espantar cualquier fantasma de default.
Se reunió con empresarios, visitó la Sociedad Rural en el predio histórico de Palermo y en medio de la exposición anual, quizá el escenario más hostil para un dirigente de la coalición oficialista. También tuvo una reunión con la Cámara de la Construcción y la Unión Industrial. Anunció medidas de asistencia y promoción para la producción, reducción de impuestos -entre ellos Ganancias-, aumentos jubilatorios y de otros beneficios sociales, una nueva edición del PreViaje y, el 7 de julio, intervino para levantar un lock out de los dueños de colectivos que presionaban por más subsidios.
Además, el precandidato de Unión por la Patria visitó la sede de la calle Azopardo de la CGT, donde dio un discurso en el Salón Felipe Vallese. Y se reunió con la CTA, la otra representación del movimiento obrero. Antes se había mostrado con los movimientos sociales, en un acto que encabezó Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, el más numeroso y movilizado del país. Allí también estuvieron la Corriente Clasista y Combativa y Somos Barrios de Pie. Son los antiguos “cayetanos”, que reconocen al papa Francisco como referencia política. En ese encuentro anunció el “monotributo productivo”, un viejo reclamo de los líderes de esas organizaciones.
Más allá de los días y el detalle de cada una de esas actividades de la campaña, Massa buscó en estos 50 días consolidar la unidad del oficialismo, desactivar las internas y asumir el liderazgo de una coalición que, con la decisión de Cristina Kirchner de no ser candidata, se quedó sin una referencia decisiva a la hora de ir a las urnas.
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En la entrevista que brindó este jueves a Infobae, Massa aseguró que se sintió acompañado por todos los sectores del oficialismo. Fuentes de UP explicaron que la vicepresidenta estuvo activa en la campaña, pero que asumió un bajo perfil “porque después la oposición y la prensa dicen que Massa se cristiniza o que ella es la que controla la campaña”.
“Ella estuvo tres veces con Sergio. Lo elogió, le reconoció su capacidad de trabajo y que evitó un colapso. La centralidad tiene que ser del candidato”, explicaron desde lo más alto del edificio de Bartolomé Mitre al 300, cuartel central de Unión por la Patria. Allí, también hacían cálculos, revisaban encuestas y hablaban con los encargados en el territorio de la campaña.
“Si Unión por la Patria saca más o menos 30%, vamos a estar contentos pero no nos aferramos a un número. Va a ser la primera foto. A partir de ahí vamos a afinar las estrategias para octubre, que es la pelea en serio”, agregaron en diálogo con Infobae. Y admitieron que se encendieron todas las alarmas en los últimos días por el posible impacto electoral de casos policiales como el de Morena, o incertidumbres económicas como el salto del dólar.
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