
Con un anuncio que tomó a más de uno por sorpresa, Alberto Fernández trasladó el conflicto con la Ciudad de Buenos Aires y la Corte Suprema por la coparticipación al Congreso Nacional. El Presidente anunció que convocará a sesiones extraordinarias y que en el temario incluirá la modificación del Presupuesto para pagar la suma adeudada al gobierno porteño. Desde el oficialismo también dejaron trascender que incluso evalúan un incremento de la alícuota que paga el juego online o extender a todo el país el impuesto a los intereses de las Leliq para recaudar los $200 mil millones extras.
Sin embargo, en la Cámara de Diputados la oposición ya se encuentra en estado de alerta. Adelantaron que no apoyarán ningún aumento de impuestos -tal como prometieron en la última campaña electoral- y rechazarán cualquier reasignación de partidas que perjudique a las provincias. También esperan conocer la letra chica del demorado proyecto blanqueo de capitales que anunciaron desde el Ministerio de Economía.
Por su parte, en el bloque del Frente de Todos también reina el escepticismo. Durante diciembre hubo tres sesiones fallidas por falta de quórum y el clima hostil entre oficialismo y oposición aún perdura.
A los pedidos de expulsión cruzados de principio de mes contra Cristian Ritondo (PRO), Rodolfo Tailhade (FDT) y Blanca Osuna (FDT), se sumó esta semana un nuevo proyecto para excluir a Gerardo Milman (PRO) de la Cámara. Lo acusaron de estar vinculado al atentado contra Cristina Kirchner y por contrataciones irregulares de asesores. El PRO salió a defender a Milman y aseguró que el kirchnerismo busca “montar un show electoralista”.
En tanto, la UCR, el PRO y Avanza Libertad impulsaron diferentes proyectos con un mismo objetivo: el juicio político contra Alberto Fernández por no acatar un fallo de la Corte Suprema. El clima no se muestra propicio para reencauzar el diálogo.

Si bien el oficialismo podría intentar destrabar el empate técnico apelando a los bloques “del medio”, como la Izquierda y el Interbloque Federal, durante el último mes no se mostró dispuesto a discutir ningún proyecto impulsado por estos sectores como prenda de negociación.
Ante la consulta de este medio, desde el Interbloque Federal insistieron en que no acordarán un temario “a espaldas del resto de la oposición” y plantearon como condición sine qua non que oficialismo y oposición lleguen a algún tipo de acuerdo para retornar al “normal funcionamiento” de la Cámara.
“Como están las cosas, en extraordinarias sólo se van a poder aprobar temas que ya tengan un nivel de consenso previo”, reconoció ante Infobae un hombre del oficialismo. Entre esos proyectos estarían la ley de agroindustria (todavía sin dictamen), la de lavado de activos y la moratoria previsional.

El Poder Ejecutivo y las autoridades de la Cámara analizaban estos días el temario y la fecha de convocatoria para las sesiones extraordinarias. Pero la Casa Rosada no olvida dos malos antecedentes: el año pasado hizo una convocatoria similar en febrero y finalmente no se debatió ninguno de los proyectos que propuso (eran más de una docena); a fines de noviembre extendió las sesiones ordinarias en busca de lograr la aprobación del impuesto a la renta inesperada, el compre argentino y el proyecto de agroindustria, pero diciembre terminó sin que se debatan.
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