
En el barrio, cuando una persona provoca a otra, se le dice “mojar la oreja”. Si el insulto, el desafío, se lleva a cabo en el terreno del oponente, el reto es aún mayor. No lo dicen con esas palabras, pero los dirigentes de la Unidad Piquetera harán eso, o algo muy parecido, con los caciques sindicales mañana por la mañana. En la mesa de entrada del histórico edificio de la CGT, dejarán una carta, con un pliego de demandas. Sobresale el llamado a un “paro general” contra el gobierno de Alberto Fernández por un bono de emergencia de $20.000, un aumento del salario mínimo vital y móvil a $110.000 y “un plan de lucha para conquistarlo”.
El 8 de junio, en una reunión considerada como “histórica”, la CGT, a través de la secretaria de Políticas Económicas y Sociales, a cargo de Omar Plaini, el secretario general del gremio de los Canillitas, recibió al Polo Obrero y a la Unidad Piquetera para escuchar los reclamos de los movimientos sociales de izquierda.
En esa oportunidad, también reclamaban que la principal central obrera del país llame a un paro general contra el gobierno del Frente de Todos. Esa vez no sucedió y tampoco ocurrirá ahora. De hecho, el 17 de agosto, los principales sindicatos enrolados en la CGT, protestaron en la calle contra la inflación, pero acusaban del flagelo a los “grupos económicos concentrados” y desvinculaban a las políticas de Estado para combatir el aumento de precios y la falta de generación de puestos de trabajo.
Finalizado el acto, y con la certeza de que la central obrera no tomará el guante, se unirán a las columnas que desde las 10 de la mañana se concentrarán en el Obelisco porteño para marchar desde ese punto neurálgico de la Ciudad de Buenos Aires al Ministerio de Desarrollo social en reclamo de la universalización de los planes sociales, como el Potenciar Trabajo, la entrega de las máquinas y herramientas prometidas y adeudadas, y un refuerzo de alimentos para comedores y merenderos.
Entre una acción y otra, los piqueteros también protestarán frente al Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Moroni. Lo hacen en el marco de las discusiones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil.

“La última vez que se reunió el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil acordó la miseria de $47.000, un ingreso de indigencia que es además lo que rige las jubilaciones mínimas”, recuerda Eduardo Belliboni, el referente del Polo Obrero y recuerda que el “ese monto de hambre y miseria es el que recibe una masa enorme de trabajadores, las categorías más bajas de los convenios colectivos de trabajo, el plan Potenciar Trabajo y jubilados que cobran la mínima”.
La Unidad Piquetera cuestiona que, a horas de la reunión en el Ministerio de Trabajo, donde los representantes de la CGT que discutirán el salario mínimo vital y móvil frente a funcionarios y empresarios, aún “no se conoce cuál es el planteo de la CGT y CTA”.
La Unidad piquetera viene de realizar dos protestas masiva, la última, el 17 de agosto frente a la Casa Rosada; la anterior, un acampe por 24 horas en Plaza de Mayo. Durante las dos medidas, los reclamos eran los mismo que se escucharán mañana y sobre los cuales el Frente de Todos no cede.

“Hay que defender el salario frente a la ofensiva ajustadora del Gobierno que lleva adelante el programa del Fondo Monetario Internacional. Por eso apoyamos al Sindicato Único de Trabajadores. del Neumático Argentino, los docentes y estatales que luchan por salario y todas las luchas por este reclamo fundamental”, destacan los piqueteros.
Frente al ministerio de Juan Zabaleta insistirán con la universalización de los programas sociales, como el Potenciar Trajo, el aumento de las raciones de alimentos para comedores y merenderos y la entrega de máquinas y herramientas prometidas para las Unidades de Gestión. Las UG son cooperativas o emprendimientos dónde los beneficiarios del plan deben realizar las veinte horas semanales de tareas.
Según pudo saber este medio, el funcionario convocó para el jueves 25 de agosto a los representares de la Unidad Piquetera para hablar sobre las auditorías que se realizarán sobre las Unidades de Gestión para corroborar que los beneficiarios del Potenciar Trabajo cumplan con las tareas comprometidas.
Al igual que los principales dirigentes de la UTEP, como su secretario general, Esteban “Gringo” Castro, o el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos, Juan Grabois, los piqueteros tampoco se oponen a que Desarrollo Social audite esas tareas, pero exigen seriedad y que se realicen en los lugares de trabajo.

Silvia Saravia, la coordinadora nacional de Barrios de Pie-Libres del Sur, fue tajante sobre este tema al ser consultada por Infobae: “Esta auditoría, como la llama el Gobierno, tiene como objetivo dar de baja 400.000 planes. Esto tiene que ver con ahorrarse una parte del dinero que hoy se destina a la política social”, denuncia la militante social y destaca que los controles sobre las Unidades de Gestión no son una novedad. “A las organizaciones opositoras nos auditan varias veces al año. A veces recibimos provocaciones: nos vienen a auditar de las organizaciones oficialistas para controlar lo que hacemos en el territorio y eso genera mucha bronca”, reconoce.
Belliboni, por su parte, opina que: “Llama la atención que aquí lo único que se audita es a los pobres. No se audita el trabajo en negro, no se audita la deuda externa que es un escándalo, y sí hay una auditoría sobre los sectores que estamos luchando contra el ajuste”, y coincide con Saravia: “En las organizaciones sociales ya hay auditorías. Nosotros no tenemos ningún problema con las auditorías. Que auditen todo lo que quieran. Para nosotros es una medida política y efectista” y anticipa: “La gente de Zabaleta, del ministerio, van a realizar las auditorías los días de marcha para decir que en las Unidades de Gestión no hay nadie trabajando para sacarles el beneficio a los compañeros y compañeras”.
Mañana, como ocurre cada vez que la Unidad Piquetera o la oficialista UTEP marchan sobre la Ciudad de Buenos Aires, el tránsito volverá a ser un caos.
Hasta ahora el Gobierno se mostró intransigente en acordar algunas de las medidas propuestas por los piqueteros que, como consigna primera tiene la del “trabajo genuino”, la reducción de la inflación y los índices de pobreza e indigencia. Cuatro problemáticas que la administración de Alberto Fernández por ahora no logra solucionar.
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