
¿En cuanto beneficiará a Alberto Fernández este seminario de la CELAC organizado en el CCK, denominado “Unidad en la diversidad”? ¿Tendrá algún efecto político inmediato? El rol que el presidente argentino intentó imprimirle, con la intención de liderar un grupo de países como contrapeso continental de la Organización de Estados Americanos de Luis Almagro y también de los intereses que defienden Estados Unidos y Canadá para América Latina, se había diluído lentamente. Ahora que abogó por el cese de los bloqueos a Cuba y Venezuela, la relación con Joe Biden, el líder demócrata con el que se reunirá en septiembre ¿se puede ver resentida?
Desde que en enero asumió la titularidad del bloque creado hace 11 años, Fernández intentó algunas acciones para fortalecer sus pretensiones -como la visita a Barbados para encontrarse con la primera ministra de ese país, Mía Mottley por el cambio climático- pero el devenir de la política interna, donde debió soportar el internismo del Frente de Todos que derivó en una crisis casi terminal que lo afectó en su poder de maniobra y que se vio reflejado en un descalabro económico que puso en peligro hasta su continuidad al frente de la Casa Rosada, le recortó sensiblemente su radio de acción.
No encontró desde un comienzo un respaldo en Brasil, con el derechista Jair Bolsonaro, quien se encuentra en las antípodas ideológicas del presidente argentino y que, además, está más preocupado en conseguir la reelección en octubre ante Lula da Silva que en avanzar en un proceso de integración y fuerza común. Sin el gran gigante sudamericano dentro del bloque, la CELAC perdió preponderancia. Otros grandes actores, como Colombia o Chile, le dieron un apoyo tibio atravesados por sus procesos electorales y cambios de mando.

Por eso, a través de este seminario, el jefe de Estado argentino buscó recuperar la centralidad, basada en la política internacional y el multilateralismo, dándole un nuevo impulso a sus objetivos. Este jueves por la mañana, en la reunión de coordinadores nacionales, el representante argentino Gustavo Martínez Pandiani planteó la institucionalización de la CELAC y tuvo buena recepción entre los demás asistentes de los otros 31 países que la integran. Ese será un tema central en los próximos meses que varios de los participantes del seminario apoyaron. Aunque en su gran mayoría resaltaron que falta mucho camino por recorrer en ese sentido.
Más allá de que las figuras más relevantes evidenciaron un gran grado de coincidencias con Alberto Fernández respecto de avanzar en la integración, mantener a la región como instrumento de paz, terminar con la desigualdad, la pobreza y las asimetrías en América Latina y que ocuparse del cambio climático debería ser una prioridad de todos los países, que solamente otro mandatario en ejercicio haya participado -el mexicano Andrés Manuel López Obrador y de modo virtual- mostró que su tarea será muy difícil.
El apoyo económico de la CAF-Banco de Desarrollo, que se creó hace 54 años, a través de la voz de su titular, el colombiano Sergio Díaz Granados, puede ser una herramienta válida. El funcionario llamó durante el desarrollo del primer panel a “potenciar la voz ante la crisis financiera y a completar las obras de infraestructura en la recuperación económica de la región pos Covid”. Y para eso propuso “generar espacios de diálogo con la Unión Europea” como una solución para la región.
La dificultad principal pasará, nuevamente, por cómo logrará armonizar dentro del bloque -y también por la presión estadounidense- los cuestionamientos sobre la calidad democrática sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, que suelen decir que encuentran en este ámbito el único para expresarse debido a sus diferencias con la OEA. “Preferimos incluir a excluir”, siempre sostienen desde la Cancillería argentina.

Habrá que ver hasta dónde llega el respaldo del resto de los integrantes de la CELAC sobre sus pedidos para que cubanos y venezolanos dejen de sufrir bloqueos.
Quién planteó una óptica diferente fue José “Pepe” Mujica, ex presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, con dudas sobre el proceso de integración continental. “No hay ninguna integración a la vuelta de la esquina”, sostuvo para luego remarcar que no es un tema instalado en la opinión pública. “No podemos dar lo que no tenemos, y los pueblos en las calles no hablan de integración”, describió.
Mujica, junto a Ernesto Samper (ex presidente de Colombia), y a otros dos ex mandatarios, el español José Luis Rodríguez Zapatero y el guatemalteco Vinicio Cerezo, habían almorzado con el Presidente al mediodía en su despacho de la Casa Rosada. También el ex lìder del Frente Amplio reclamó que “esta es una batalla larga, y todos los partidos tienen que bajar y hablar con la gente de este tema, porque así como estamos no significamos nada en el concierto mundial”.
Tanto la necesidad de institucionalizar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como la de robustecer la UNASUR, grupo desactivado hace unos años por la gestión de Mauricio Macri, con solamente cuatro países activos en la actualidad, fue un tema que sobrevoló en el seminario.
Hace un par de días, la recuperación de la UNASUR como espacio, incluso fue motivo de la charla entre Samper y Cristina Fernández de Kirchner cuando la visitó en el Senado. El Presidente se ocupó de mencionar al colombiano como un gran artífice de ese grupo.
También quién será el ganador de las elecciones brasileñas resultará clave para la CELAC y para Fernández. Todos, casi sin excepciones, apuestan a su triunfo ante Bolsonaro el 2 de octubre. El Mercosur podría revitalizarse con el líder del PT en el Palacio de Planalto y así lo dejó traslucir otro de los panelistas, Celso Amorim: “Trabajar por la integración, en más de una velocidad, algunas en el Mercosur, otras en otros ámbitos”.
Fernández presentó un escenario con una “nueva realidad geopolítica”. Y recalcó que “la unidad es con nuestra fuerza”. ¿La conseguirá?
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