La historia del Pibe Gamuza con el cuarteto comenzó cuando era muy chico. De origen muy humilde, siempre estuvo vinculado a los artistas, desde el Potro Rodrigo hasta Damián Córdoba, Carli Jiménez o Carlos De Piano, todos le dieron una mano para salir adelante.
Siempre presente entre los cuarteteros, comenzó su carerra artística cantando en la Cuartebanda y después se lanzó como solista. En la actualidad, trabajaba como vendedor de autos y cantaba en bares manteniendo vivo su proyecto.
El pasado Día de la madre, Gamuza estaba yendo a trabajar en su moto cuando tuvo un grave accidente en la Av. Vélez Sarsfield. Tras un impacto del que no se tienen muchas precisiones, se cruzó de carril y literalmente un auto le pasó por encima de su cabeza.
Lo llevaron al Hospital de Urgencias, donde le dijeron a su familia que tenía muerte cerebral y que solo le funcionaba el corazón, por lo que practicamente su vida estaba terminada.
Con pocas esperanzas, fue trasladado a una institución privada, donde le hicieron una traqueotomía y quedó en coma algunos días, hasta que su cuerpo comenzó a responder.
Con los días, su estado de salud fue mejorando. Salió del coma y de a poco le fueron sacando los sedantes. El «Gamu», como lo conocen todos en el cuarteto, se despertó y con el apoyo de sus familiares y amigos la pelea para salir del hospital.
Una tarde en la terapia intensiva, una amiga que lo fue a visitar le grabó un video que ilusionó a todos los que esperan volver a verlo bien.
«Haceme palmas de nuevo Gamu», le dijo, sosteniéndole la mano y él, que todavía no puede hablar y se comunica con gestos, le respondió con unos débiles aplausos. «No sabés todos los recuerdos que nos trae todo esto, vamos, palmas, palmas, más fuerte, que vamos a volver«.
El Pibe Gamuza todavía no puede hablar y por el golpe se olvidó de muchas cosas. Tiene que hacer una larga rehabilitación y no se sabe si las secuelas de la traqueotomía lo van a dejar volver a cantar. Pero la sigue peleando, y desde su cama de terapia hace más de dos semanas sueña con volver a ser ese chico que todos aprecian en el cuarteto.
(Fuente: Cuartetando)