En el año 2009, un grupo cordobés logró lo que ninguno había logrado antes: cruzar el charco y llevar el cuarteto del otro lado del Atlántico.
El domingo 26 de julio por la siesta iniciaron la travesía: salieron desde el Aeropuerto Córdoba, hicieron escala en Buenos Aires para llegar en un vuelo directo a Madrid. En una época donde los celulares todavía no tenían la capacidad de registro que hoy tienen, la convivencia del grupo quedó inmortalizada por algunas cámaras caseras.
“Lo que pasó en Madrid en el primer show fue algo impresionante. Yo lo viví de una manera particular porque medio que lagrimeábamos pero tampoco lo queríamos demostrar que estábamos llorando porque pobres pibes, te van a ver a que los alegres”, cuenta la Pepa Brizuela en el documental que se hizo al regresar a Córdoba.
Javier Brizuela (voz), Carlos De Piano (bajo), Adrián Moyano (percusión), Daniel Guardia (voz), Sergio Noriega (congas), Walter Spengler (guitarra), Walter Estorello (trombón), Lucas Camozzi (trompetas) y Maximiliano Allende (productor), fueron los protagonistas de una aventura que no era nada fácil.
La gira incluyó dos presentaciones, la primera, el 29 de julio en Madrid. Al día siguiente, la segunda función en Barcelona.
«Me esperaba que iba a ser emotivo pero no tanto. Tenía una cosa acá que no podía cantar, ganas de gritar con ellos, de llorar, te acordabas, aún sabiendo que en 3 dias volvías la argentina estaba con esa argentinidad arriba”, recuerda Daniel Guardia en el especial que se transmitió ese año por la pantalla de El Doce.
«Nos llenó de alegría ver caras que reconocíamos de otra época de los bailes, uno sabe que se casan o la vida te va llevando y dejan de ir al baile y los veíamos allá y fue muy fuerte, estuvimos shockeados desde que llegamos hasta que nos fuimos”, recuerda Carlos De Piano en diálogo con Cuarteteando en perspectiva, a 12 años de la hazaña.
A los shows fueron los argentinos, sobre todo los cordobeses o gente con alguna conexión con Córdoba, pero también había españoles, ingleses y hasta alemanes, que iban por sus amigos.
El grupo estaba festejando 15 años de trayectoria y tenía un objetivo claro: llevar un pedacito de su tierra natal a todos los cordobeses y argentinos que estaban viviendo en España. «Nombrábamos algo de Córdoba y la gente se volvía loca, un barrio, una calle, eso nos impactó mucho», explica.
¿Cuál fue el momento más emotivo de la gira? «Cuando salimos en Barcelona a saludar a la gente que estaba afuera después del show y emprezaron a cantar el himno, son sensaciones que como artista las viví muy pocas veces, no tiene precio. Para nosotros significó muchísimo«, recuerda.
Con la intensidad de quien hace mucho tiempo se fue de su tierra, la nostalgia invadió los corazones de los cordobeses que se sientieron otra vez en su casa, con su gente.
– ¿Qué pasó después acá, en Córdoba? ¿Qué repercusión tuvo?
– Como grupo, después nos fue muy bien, cuando volvimos todo el mundo quería ir a ver al grupo que había tocado en España, fue un año en el que todos nos hablaban sobre eso, llenábamos y todos querían saber sobre cómo nos fue allá.
Un año después, la aventura se volvió a repetir. En abril de 2010 el grupo volvió a Europa, con una gira un poco más grande que incluyó más ciudades. Y la música de La Barra volvió a inundar de cuarteto el viejo continente.