En 1984, Lisandro Márquez era todavía un niño, pero ya tenía la cancha suficiente para enfrentar el desafío de pararse frente a un micrófono.
Desde que era muy pequeño, los escenarios eran moneda corriente para él, ya que solía acompañar a su papá en su trabajo. Patricio Márquez era una figura reconocida dentro del folklore y a los 8 años lo llevó a cantar «El inmigrante» frente al exigente público del Festival de Cosquín.
Por eso, cuando entró a los 10 años por primera vez a los estudios Pira, ya tenía claro cuál era su objetivo en la vida: iniciar una carrera artística.
El resultado de esa grabación fue un DEMO, en el que se puede apreciar que el artista ya contaba por ese entonces con una voz privilegiada.
La grabación está compuesta por grandes éxitos del cancionero popular argentino, como «Madre amor», «Cuando un amigo se va», «América», entre otros. El Licha lo guarda con nostalgia como un recuerdo de sus primeros pasos en este mundo de la música junto a su papá, a quien despidió el año pasado.
Más adelante, el cantante se inclinaría por otro género. A los 17 años formó parte de «Zarabanda», un grupo del interior cordobés, en el que se fogueó como cantante para después ingresar a «Alberto Tosas y los rebeldes».
Lisandro recorrió un largo camino hasta llegar a lo que hoy es. Estudió música en La Colmena y también se formó en el periodismo. Después de pasar algunos años haciendo temporada de verano de manera independiente en casinos y bares, surge la propuesta de su vida: ingresar a Sabroso.
Durante 13 años, grabó 31 discos con 70 temas de su autoría y conquistó al público con su carisma y su voz.
A los 41 años, emprendió su vuelo como solista: en 2015 grabó «Mi huella» (canción propia) en su debut en dos noches en la Sociedad Belgrano. En este 2021, está cumpliendo seis años como artista independiente, y este fin de semana tocará por primera vez en el Teatro Luxor de Carlos Paz.
(Fuente: Cuarteteando)
