«El hecho luctuoso que culmina con la muerte de la menor Catalina Valdez Sosa, implicó una verdadera tragedia a nivel personal y familiar que afectó gravemente la vida de su padre Eduardo Valdez. Por ello, la imposición de una pena (al progenitor) en este caso importaría una reacción estatal verdaderamente cruel que violentaría el principio de humanidad». Esa valoración consta en el dictamen de Ivan Grassi (uno de los fiscales coordinadores de la UFI de Delitos Especiales), sobre la consecuencia jurídica que tendrá un hecho muy desgraciado: por aplicación de un principio legal (el de oportunidad), su padre no será investigado como posible autor de ese choque, porque sería «desproporcionado» sumarle una condena judicial a la «pena natural» y el enorme daño moral que ya sufre por haber perdido a su única hija de 4 años. La nena falleció tras un segundo ingreso al hospital Rawson, alrededor de las 2,15 del pasado 8 de septiembre.
Los que sí estarán en la mira de una investigación penal son los profesionales y el personal que atendió a la pequeña en el hospital Rawson, porque todo indica que no detectaron la hemorragia abdominal que, según la autopsia, terminó con sus días.
El siniestro había ocurrido alrededor de las 16,15 del martes 7 de setiembre, cuando Valdez transitaba con su esposa y la única hija de ambos en el asiento de atrás, a bordo de un Chevrolet Prisma. Circulaban por Abraham Tapia hacia el Norte, y a poco de pasar el puente de Circunvalación, el hombre perdió el control, se montó en el bulevar y se estrelló contra un poste.
Justo en ese momento pasaba una ambulancia por el lugar y la menor fue trasladada al hospital Rawson, donde, al parecer, no detectaron esas lesiones abdominales.
En la historia clínica secuestrada consta: «…se recibe paciente con tendencia al sueño, sin estigmas ni escoriaciones, abdomen blando depresible, no doloroso a la palpación superficial ni profunda, buena mecánica respiratoria, MV presente, se realiza TAC de cerebro en la cual no se evidencia lesión neuroquirúrgica (…) es valorada por profesional, se deja en observación durante 6 horas, se prueba tolerancia óptima, se decide otorgar egreso».
Ese alta médica ocurrió en los primeros minutos del 8 de septiembre y dos horas después, los afligidos papás volvieron con la pequeña pero para ese momento, todo esfuerzo por intentar salvarla resultó vano.
Tan molestos quedaron familiares y vecinos de la nena al saber que pudo tener otro destino, que para el próximo viernes a las 17, organizaron una marcha para reclamar y pedir justicia en avenida Rioja y Francisco Villagra.
(Fuente: Diario de Cuyo)