Va de baile en baile con su silla de ruedas cantando como invitado, pero no siempre hay rampas o espacio para que pueda subir por sus propios medios.
Emiliano Grimal tiene 19 años y va por la vida en silla de ruedas. Cuando su mamá transitaba el quinto mes de embarazo, los médicos le informaron que el 40 por ciento de las piernas de su bebé no iban a desarrollarse y nació con una parálisis cerebral.
Es fanático del cuarteto y les gustan varias bandas. Desde hace unos años, y por el pedido de su abuela antes de morir, comenzó con un sueño: cantar cuarteto. Desde allí visita siempre los bailes de La Banda de Carlitos, Q’Lokura, Damián Córdoba y, en su momento, de El Rejunte, quienes siempre lo hacían subir al escenario y lo dejaban cantar algún tema.
Pero en este transitar por la noche cordobesa se encontró con una dura realidad: no todos los locales cuarteteros están preparados para personas como él. Así que se puso un objetivo: lograr que en los escenarios se pongan rampas. «Las personas con discapacidad no somos tomadas en serio, en general, no solo en los shows, nos pasa en la calle, en la cancha y en la mayoría de los lugares que vamos», explica a Cuarteteando.
A donde va, los artistas del cuarteto ya lo conocen y lo invitan a subir, pero en general tiene que pedir ayuda para poder lograrlo: «Estoy muy agradecido con la gente que trabaja en los staff de las bandas donde canté, que me suben, me bajan, me llevan y me traen y le ponen todo el empeño», dice.
«Voy yendo de baile en baile para poder lograr eso, para que todas las personas con discapacidad puedan disfrutar lo que yo he disfrutado esto 4 ańos que estoy ya en esto», contó.
(Fuente: Cuartetando)