Entran 4 ladrones armados a la casa de un carpintero y un vecino acaba ensangrentado

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Buscaban una suma de dinero inexistente. Se llevaron celulares, bebidas, un taladro y $2.500. Un hospitalizado.

Casi las 22 del jueves. Ricardo Ramos (58) se dirigía al fondo de su casa a guardar unas herramientas en su taller de carpintería cuando fue sorprendido por cuatro ladrones que se escondían detrás de una medianera sin terminar. Y no le quedó otra que ceder, porque tres lo encañonaron con armas de fuego y el otro le mostró una daga. Los delincuentes estaban encapuchados y de entrada mostraron su violencia: «Quedate quieto porque si te movés sos boleta», le dijo uno, mientras otro le colocaba un rifle calibre 22 en el cuello.

Al hombre lo llevaron a los empujones al interior de la vivienda (ubicada sobre Hernán Cortez, en 9 de Julio), donde se encontraba su hijo de 15 años. Ese fue el momento más dramático para el carpintero porque pensó lo peor: «Creí que me lo mataban, que se les escapaba un tiro… me parte recordar cuando le pusieron el caño en el pecho».

A ambos los tiraron al piso y les dijeron que si se movían los iban a matar. «Me pedían la plata, repetían que querían la plata. Yo les decía que no tenía, que les daba los únicos $2.500 que tenía en la billetera», contó.

Los ladrones dieron vuelta la casa buscando cosas de valor. Estuvieron alrededor de 5 minutos revisando cada rincón pero no encontraron casi nada de su interés, excepto el celular del adolescente, dos decodificadores de TV, cinco botellas de bebidas blancas y un taladro.

Pasados esos minutos el hombre creyó que la pesadilla estaba por terminar, pero estaba equivocado, pues uno de los asaltantes descubrió que en una pieza del fondo había más personas y llamó a sus cómplices. En ese momento comenzó el drama para el hijo de 21 años del carpintero y un vecino al que le estaba cortando el pelo. «A mí y a mi hijo de 15 nos levantaron del piso para llevarnos al fondo. Ahí mi hijo logró escapar corriendo y se fue a pedir ayuda. Cuando me hacen entrar a la habitación veo que a mi vecino lo estaban matando, lo tenían en el piso todo ensangrentado. Se le tiraron encima y le pegaban culatazos. Aparte le reventaron una botella en la cabeza», explicó.

A Aldo González (37) los asaltantes le sacaron el celular, la tarjeta SUBE y documentación, pero no pudieron hacerse con el dinero que horas antes había cobrado de su trabajo como minero. Eso sí, haber defendido su sueldo con uñas y dientes le valió una paliza por la que tuvo que ser internado en el Hospital Rawson.

«Yo laburo y gano para el día, no sé por qué han venido acá. Es la primera vez que me pasa, es horrible», dijo Ramos.

Ayer por la tarde los vecinos se reunieron con autoridades policiales y de Gobierno para reforzar la seguridad en la zona.

(Fuente: Diario de Cuyo)