La cuarentena y el encierro, sus miedos «a caer», las ansias por volver y la decepción con la amistad. El regreso del Caño a los ensayos.
Como a muchos, a Ulises Bueno la pandemia le sirvió como un momento de reflexión para saber dónde estaba parado. La pausa en los bailes, el encierro y los miedos a volver a caer en sus adicciones, lo llevaron a necesitar de los afectos más que nunca, y eso lo hizo darse cuenta con quienes realmente podía contar.
“Muchos de los amigos no contestaban el teléfono, en la ola del éxito estaban todos y muchos desaparecieron, eso te entristece y te bajonea», confesó, en diálogo con Cuarteteando en su primer ensayo post pandemia. «Cuando estaba en la cresta de la ola compartíamos mi éxito y veníamos a compartir y disfrutar lo que yo vivía y cuando lo necesitas no están”, explicó.
El cuartetero transitó esta etapa como una de las más difíciles de su vida, y eso lo llevó a una especie de «depuración» en las amistades: «Aproveché para saber quienes son los amigos y quienes son los enemigos. Los que son buenos y los que son malos y cuántos años uno está perdiéndose la vida, trabajando tan exigente que uno no ve lo que está pasando en tu entorno”.
Un poco herido por estas decepciones, dijo que tuvo «necesidad de un hombro y de un oído», pero que los que tenían que estar no estaban: «No pude contar con esas personas que compartimos muchos años de la vida en buenos momentos», argumentó.
Sin embargo, en este camino no solo se encontró con decepciones: “Fue una oportunidad para encontrarse con gente nueva, sana, pura, que te quiere para bien, que te ayuda y que está con uno incondicionalmente sin pedir nada a cambio. Encontre´nuevos amigos, verdaderos amigos del corazón, hermanos de la vida que me dieron mucho afecto y me ayudaron a estar nuevamente de pie”.
Fuente: Cuarteteando.
